“El jueves 23 de noviembre realizamos una visita pedagógica al cerro Conunhueno, ubicado en la Comuna de Padre Las Casas. Este nombre, en lengua mapudungún, significa “puerta del cielo”. La salida la organizó nuestro profesor de Historia, Don Víctor Friz, y además nos acompañó nuestro querido Hermano Juan Carlos.
Nos hizo un hermoso día. Todos andábamos muy contentos y las bromas abundaban entre nosotros. El cerro estaba lleno de flores de distintos colores, lo cual hacía más lindo el viaje.
Recorrimos muchos lugares, especialmente miradores desde donde surgían de manera espontánea postales para el recuerdo. Temuco es muy lindo y desde lo alto se ve maravilloso.
El profesor nos habló de diferentes árboles que encontrábamos en el camino, diferenciando los que pertenecían al bosque nativo y los que correspondían a plantaciones de especies traídas desde el extranjero. A mí me gustaron todos; sin embargo, el profesor dijo que algunos eran dañinos.
Fue un recorrido muy lindo; creo que siempre lo recordaré. Es la última actividad escolar que realizo con mis compañeros de siempre porque a partir del próximo jueves 30 de noviembre, después de nuestra licenciatura de 8° Año, cada uno tomará su propio camino.
Sería bueno que la gente cuidara más el cerro CONUNHUENO. Es un hermoso regalo que Dios puso a nuestro cuidado y parece que lo hemos descuidado bastante. Las generaciones futuras también tienen derecho a disfrutar de la naturaleza; al menos, espero volver algún día con mis amigos, y por qué no con mis hijos.
(Ángel Sanhueza, 8° Año)

“De los dos cerros más cercanos que posee Temuco, del que menos se preocupan es del CONUNHUENO. Sin embargo, es igual de lindo que el cerro ÑIELOL.
El jueves 23 de noviembre, el 8° Año acompañado de su profesor Don Víctor Friz y del Hermano Juan Carlos, recorrimos muchos de sus senderos. Fue una experiencia muy bonita. Hablamos sobre su flora: el “pica-pica” y árboles nativos como el boldo, le maqui, el roble.
Después de ver todo el cerro, en una larga caminata con estaciones, compartimos un rico almuerzo, sentados bajo frondosos árboles. Al bajar del cerro CONUNHUENO, bordeando el río Cautín por el sector llamado TRUF-TRUF, compramos unos helados para refrescarnos del calor que hacía en ese momento del día (14:30 hrs.). De allí nos dirigimos a nuestro destino final: La cancha de la isla Cautín, donde jugamos una media hora antes de volvernos a la Escuela”.
(Joaquín Orellana, 8° Año)

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