El martes 15 de mayo celebramos la fiesta de San Juan Bautista de La Salle, Patrono de los educadores cristianos.
De Kínder a 8° Año, nos reunimos en el gimnasio de nuestra Escuela para celebrar la Eucaristía. En ella dimos gracias a Dios por todas sus bendiciones, incluyendo a San Juan Bautista de La Salle, a los Hermanos de las Escuela Cristianas, a nuestros educadores y asistentes de la educación.
El evangelio nos invitaba a ser como niños para poder entrar al Reino de Dios; es decir, nos motivaba a relacionarnos con Dios desde la gratuidad, la sencillez y la confianza. No podemos comprar el amor de Dios con nuestras buenas obras; Él nos ama y quiere nuestro bien y felicidad porque es nuestro Creador y nuestro Padre; Él nos ama más allá de nuestros méritos personales.
Fuimos invitados a vivir los pilares de nuestra espiritualidad lasallista (fe – fraternidad – servicio) de manera concreta, con gestos sencillos y potentes, que digan a todos cuantos nos vean:
• Dios es importante para nosotros, por eso le hacemos un espacio importante en nuestras vidas, tratando de ser y de actuar como Él lo haría en nuestro lugar.
• Sentimos que cada persona es un hermano o hermana a quien amar y servir; por eso tomamos en cuenta y valoramos a todos.
• A ejemplo de Jesús queremos vivir la vida haciendo el bien y sirviendo a los demás, especialmente a los más necesitados.
La alegría, la acción de gracias y la pasión al cantar llenaron el gimnasio y la escuela.
Gracias, Señor, por San Juan Bautista de La Salle. Gracias porque trabajó con amor para dar a los niños más vulnerables escuelas cristianas, educación de calidad y maestros dignos y bien preparados para su misión.

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